¿Persistes hasta convencer a tu cliente, o le abandonas enseguida?
Por fin, firmamos en Notaría, venta finalizada y todos contentos. La verdad es que esta es una de esas operaciones en las que uno está orgulloso de la formación recibida, del funcionamiento de tu equipo y del carácter, a veces no entendido, luchador y persistente que es imprescindible tener para ser un buen agente inmobiliario. Por que una de las principales cosas por las que nos buscan y nos eligen para confiarnos la venta de sus propiedades, es por poner sus intereses y defender lo que pensamos mejor para ellos. Aun sin que ellos lo entiendan y aunque aún no lo compartan.
En este caso, desde el primer día yo vi que la vivienda necesitaba retoques en la imagen para atraer un comprador que quisiera entrar a vivir ya, para después ir reformándose la casa poco a poco. La vendedora tardó meses en convencerse y dejarnos actuar, pero nosotros, tanto Asun como yo, no cejamos en nuestro empeño de convencerla. La mayoría de las veces los clientes no saben exactamente qué es lo que más beneficia a sus intereses por eso es importante convencer, convencer, hasta convencer. Primero nos dejó hacer un pequeño arreglo en la casa realizado por nosotros y un primer reportaje de fotografía profesional, que aunque yo consideraba insuficiente, tuve que aceptar ya que la propietaria tenía serias reticencias por motivos sentimentales a tocar nada más en al casa.
Después de varias reuniones y ver que las visitas recibidas se echaban para atrás, por fin se pintó la casa y nos dejó realizar un nuevo y mejor Home Staging con su consiguiente reportaje de fotografía profesional. A partir de este cambio y un ligero retoque de precio tuvimos unas cuantas visitas más con posibles compradores, hasta que llegó el cliente ideal. A los ocho meses a la venta por fin lo conseguimos. Esto es lo que significa representar al vendedor, luchar por él incluso y aunque el no lo comprenda, y aportarle todos tus conocimientos con perseverancia. Al final la satisfacción es grande por la labor bien hecha. Y si además los vecinos nuevos, los compradores, son de esas personas que cualquiera quisiera tener como vecinos con una calidad humana excepcional, pues la verdad es que no tiene precio. Pues bueno, ya sabes, convencer, convencer, convencer hasta convencer.
Joaquín Estañol.
Agente Inmobiliario CRS y REALTOR®
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